Un evento que conjugue 90 participantes acostumbrados a hacer retiros espirituales, duchos en dirigir eventos, cursillos y actividades formativas más 10 personas expectantes ante sus primeros Ejercicios Espirituales en la Asociación durante dos días (con sus noches) con un predicador internacional más la confección del material de meditación aunado con la logística de comidas, alojamiento, uso de locales, refrigerios, parqueos, asistencias, participaciones, confirmaciones, ausencias y una larga lista de posibles contratiempos nos puede dar una idea de lo que significa preparar y coordinar nuestra tanda anual de Ejercicios Espirituales.
Y es que desarrollar este evento requiere la coordinación cronométrica de muchas personas y entidades, tanto de fuera como de dentro, la coincidencia de diferentes intenciones y mucha, mucha suerte, pero la experiencia más significativa para quienes participan en su preparación es la acción invisible de la gracia y la providencia de Dios que cuida de sus hijos e hijas asegurándose que cada persona se encuentre con su Padre y creador a través de la oración y la acción sacramental (Art. 11, 4 Estatuto PVA).
Nuestra Asociación a nivel nacional y Provincial tiene ya una larga experiencia en la preparación y celebración de este evento, sin embargo cada uno es nuevo y novedoso porque Jesucristo es siempre el mismo y siempre nuevo (Heb 13, 8). El servicio de predicación de los EE ha sido realizado por consagrados Salesianos de Don Bosco y por seglares Salesianos Cooperadores con gran fineza y dedicación, nuestros hermanos siempre lo han hecho con gran preparación. Vienen al recuerdo los seglares Juan Carlos Mendoza y Luis Roberto Núñez así como los sacerdotes Walter Guillén, Mario Aldana, Luis Ángel Gómez y Rolando Echeverría, los insignes confesores Alejandro Hernández, Gabelo Murillo, Alfredo Hasbún, Jorge Miranda, Roberto Paiz, Humberto Márquez, Miguel Giorgio y tantos otros dedicados al servicio sacramental de la reconciliación. Un recuerdo agradecido a los Delegados SDB - FMA que nunca han dejado de “estar”, sea en los EE como en todos los demás eventos: Manuel Gómez, Sor Ana Luisa Vega, Sor Leticia Romero, Sor Marta Flores, Alfonso Evertz, Ernesto Shneider, Jorge Miranda, Luis Ángel Gómez, Delegados y Delegadas locales y otros más que se pierden en el recuerdo. Nuestros hermanos y hermanas consagrados siempre han sido dedicados en este servicio de animación y por ello estamos agradecidos. También el reconocimiento a nuestros Consejeros que desde la Formación Permanente han animado los Ejercicios Espirituales como directores de los mismos: Alberto Cruz, Salvador Torres, Salvador Alvarado, Arturo Matus, Mario Cuellar y en este trienio Ángel Orsenigo, tenemos también presentes a las Administraciones y equipos logísticos que hacen materialmente posible estos importantes eventos. Por supuesto que muchos nombres se nos quedan “en el tintero” pero Dios los tiene presentes y sabrá recompensarlos.
La mayor dificultad de los EE será siempre la heterogeneidad de los participantes, personas de diferentes edades y condiciones con todas sus diferencias y especificidades pero unidos en el espíritu y en la vocación salesiana seglar, en ese sabernos hijos de un mismo padre – Don Bosco – hermanos en una sola casa – la Asociación de Salesianos Cooperadores y compañeros en el mismo camino (Art. 41 Estatuto PVA).
Sin embargo, y en términos prácticos nunca los EE serán al gusto de todos los participantes porque los horarios internos, las expectativas y las condiciones son diferentes, unos buscan el silencio mientras que otros esperan reencontrarse con los amigos, unos prefieren celebrar la eucaristía temprano de la mañana y otros la tranquilidad de la tarde, unos desean escrutar las Sagradas Escrituras y otros escuchar palabras inspiradoras, unos desean zambullirse en el Proyecto de Vida Apostólica y otros estudiar los documentos del magisterio, ni unos ni otros están en lo cierto, ni unos ni otros están equivocados, todo deseamos encontrarnos con Jesús resucitado que camina a nuestro lado y parte para nosotros el pan (Lucas 24,13-35).
Pero más allá de las dificultades está siempre la alegría del servicio bien hecho, muchas gracias a los hermanos que de diferentes maneras contribuyeron para que los Ejercicios Espirituales del 2013 fueran un éxito, para que todos los participantes nos sintiéramos “como en casa” y por ratos, mejor que en casa, un inmenso gracias por todos sus esfuerzos en diferentes frentes de trabajo, este servicio siempre - siempre será abundantemente recompensado por nuestro Señor.
¿El reto por venir? Durante los últimos diez años el número de los ejercitantes ha estado estable en las 100 personas, a veces más a veces menos, pero otros 150 se quedan fuera por diferentes motivos, el gran reto es lograr que nadie, nadie se quede sin la oportunidad de hacer sus Ejercicios Espirituales ciertamente no es una idea nueva porque varios Consejos Nacionales se lo han venido preguntando sin encontrar todavía la manera, pero no hay que rendirse sino poner a trabajar la imaginación, debe haber alguna manera (Art. 12, 3 Reglamento PVA).
Felicitaciones a quienes hicieron factible una vez más la experiencia, desde el predicador hasta la más pequeña logística, felicidades a todas y todos los ejercitantes, que los frutos se prolonguen por todo el año.
Por Miguel Muñoz SC
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